Más color, más luz, más Greco

El 2 de julio de 1577, el obrero catedralicio García de Loaysa dio una cédula para que adelantasen a Dominico Greco, pintor, 13.600 maravedís (36 ducados) a cuenta del cuadro que tendría que hacer para la Sacristía de la Catedral. El Greco acababa de establecerse en Toledo.
El_Expolio_del_Greco_Catedral_de_Toledo
Dos años más tarde, y después de grandes discrepancias en la tasación de la obra, El Greco cobró su trabajo y no volvió a recibir encargo alguno de la Catedral primada. Tras una sola obra y unas ganancias de sólo 860 ducados, el artista dio por concluida su relación con el más importante cliente y la más poderosa institución de la ciudad. El negocio fue ruinoso, aunque la obra fuera de lo mejor que jamás llegaría a pintar.

El Expolio fue restaurado este verano en los talleres del Museo del Prado, y ahora luce renovado, con más fuerza, listo ya para conmemorar el Centenario de su autor.

 

 

La Capilla de San José será uno de los lugares que mayor atención centrará durante el Año Greco. Esta capilla, la primera de la Cristiandad dedicada a San José, abrirá sus puertas al público por primera vez después de 400 años.

Capilla de San JoséEste espacio, de titularidad privada y propiedad de la misma familia desde la época del Greco, alberga una de las obras más innovadoras del artista: un retablo cuya parte central sigue coronada por San José y el Niño, una de las piezas más admiradas del Greco.

Además de esta obra, en la Capilla de San José se podrá contemplar también La Coronación de la Virgen. Otras dos obras que formaban parte, en sus laterales, de este impresionante retablo, San Martín y el mendigo y La Virgen y el Niño con Santa Martina y Santa Inés, se exhibirán también en la primera gran exposición del Centenario, El Griego de Toledo.

Estas dos piezas pertenecen a la colección de la National Gallery de Washington, desde donde viajarán a Toledo, ciudad de la que salieron en 1906.

Vista de Toledo es una de las creaciones del Greco de las que más se ha escrito. Esta obra, que podremos contemplar el próximo año en Toledo, poco tiene que ver con las señas de identidad más universales del pintor.
vista de toledo
En este caso, es la ciudad de Toledo el centro de su obra, y no encontramos en este lienzo los impactos de luz y color, las figuras alargadas o las miradas místicas tan típicas del Greco.

En ella no reflejó con fidelidad el aspecto real de la ciudad, pero sí la imaginó con un lenguaje genial. Esto fue lo que atrajo a Hemingway, también coleccionista de arte (Goya, Gris, Miró, Klee, …) y habitual visitante del Metropolitan Museum de Nueva York, donde la contemplaba una y otra vez. Aunque sus gustos artísticos eran mucho más convencionales de lo expresado en este cuadro, el escritor la destacó siempre como su obra favorita.

Entre el 14 de marzo y el 14 de junio podremos admirar Vista de Toledo en el Museo de Santa Cruz, dentro de la Exposición El Griego de Toledo. Será una de las 120 obras que conformarán esta gran muestra.

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