Bachillerato de excelencia en el IES Gerardo Diego. Reunión Informativa

IES

 

La Junta Directiva del IES Gerardo Diego ha programado para esta tarde 24 de Abril a las 19:30 una reunión informativa en el Centro sobre el Bachillerato de Excelencia.

 

 

En esta reunión se tratarán los siguientes temas:

  • ¿Qué es el Programa de Excelencia en Bachillerato?
  • ¿A quién va dirigido?, requisitos de admisión
  • ¿Qué ventajas tiene?
  • El Proyecto de Investigación
  • Qué ofrece el Instituto a los alumnos de Excelencia

No te lo pierdas.

La creatividad se aprende igual que se aprende a leer

ImaginacinEinsteinHace unos días una madre de las Asociación, gracias Susana, nos hizo llegar una entrevista a Sir Ken Robinson que aunque tuvo lugar hace unos años, merece la pena conocerla. Hemos transcrito esta entrevista y alguna más y os adjuntamos varios enlaces de youtube por si queréis oirle hablar en persona.

«Tu tribu sabrá ver en tus fallos la semilla de tus éxitos» Ken Robinson

La vida no es lineal y el talento, tampoco: ¡hay que reinventarse cada día! Nací en un barrio obrero: un mentor supo ver algo en mí.Para descubrir su talento debe hacer un viaje hacia el interior de sí mismo y otro hacia el exterior. No deje que le roben ideas: ¡regálelas, hombre!.
¡No pienso trabajar!
¡Paro, no! ¡Trabajo, tampoco! Trabajo es una palabra odiosa ya en su origen (tripalium: los tres palos donde se ataba a los esclavos para azotarlos). Marx demostró que ese estúpido esclavismo no fracasó por inhumano, sino por ineficaz. Otro Marx, Groucho, puso en evidencia a los esclavos de la rutina mental. Y sir Ken Robinson nos ayuda hoy a descubrir nuestro talento y realizarlo en libertad ¿con esfuerzo, pero también con placer¿ hasta ser innovadores… Y prósperos. Espero que esta segunda entrega de la entrevista a sir Ken ¿solicitada por un puñado de amigos lectores¿ sirva también como felicitación navideña de quien aquí no trabaja, sino que goza cada día entrevistando para ustedes.

L

a mayoría de la gente no disfruta de su trabajo…
… Si es que tiene la suerte de tener uno.
O la desgracia de conformarse con cualquiera. Afortunadamente, también
conozco gente que goza con lo que hace.
¿Cómo lo lograron?
Todos tienen en común que encontraron su elemento: ese lugar del que le hablaba donde coinciden tus habilidades con tus aficiones; lo que sabes hacer con lo que te gusta.
No todos nacen talentudos…
Es que todos tenemos talento si sabemos descubrirlo. Algunos con suerte lo descubren ya de niños con facilidad y el apoyo de su entorno y otros deben esforzarse para hallarlo: a veces contra su familia y amigos.
Y hay profesiones que son pura rutina.
No hay tareas rutinarias; sólo hay modos rutinarios de hacer una tarea. Piense en cocinar, por ejemplo: puede ser un obligado aburrimiento o una creación excelsa.
Si todos tuviéramos un talento diverso, la inteligencia no se podría medir.
Es que no se puede medir: los test fueron un invento supremacista. En realidad, el talento es tan personal como la huella dactilar y hay tantos modos de ser inteligente como personas. No se trata de cuán inteligente eres, sino de qué modo eres inteligente.
Al final, el talento no paga las facturas.
Si haces algo a disgusto, acabas haciéndolo tan mal que al final no podrás ni pagar las facturas. Y eso pasa en la economía global: las tareas que se hacen de forma rutinaria acaban yéndose al país donde las hacen por menos. Sólo quien innova retiene el valor.
¿Tan mal ve usted la educación?
Ya le he dicho que la educación se ha reformado, pero no se ha transformado. Y no pido que se exija menos en el cole, sino más al cole: debemos concentrarnos en localizar y potenciar ese talento único de cada uno. Nuestra escuela aún genera uniformización, pasividad y conformismo.
Es que también hay cada alumno…
Pero todos tienen un potencial, porque ser creativo no es un don que tienen algunos elegidos; es lo que nos hace humanos. Si eres persona, eres creativo. Y se aprende a ser más creativo como se aprende a leer. Es una facultad innata que todos desarrollamos.
¿Cómo se desarrolla la creatividad?
¿Cuántos sentidos hay?
Oído, vista, olfato, tacto, gusto…
Y el sentido del equilibrio; el cinestésico o propiocepción (la percepción de uno mismo y su relación con el espacio)… Y está además el termoceptivo… Pero ¿sabe por qué usted ha pensado sólo en los cinco sentidos?
¿…?
Por comodidad, que es la enemiga de la creatividad. Cuando algo nos parece evidente, no hacemos ningún esfuerzo por entenderlo. Así que usted me ha repetido los cinco sentidos y así se ha perdido la posibilidad de repensarlos y descubrir otros.
¿Y si no descubro mi supuesto talento?
Para empezar, no se ponga límites, y menos en el tiempo. La creatividad, como la vida, no es lineal. Puedes ser un niño creativamente viejo o un nonagenario creativamente joven. Y cada día el cerebro es diferente.
Sí, pero ¡qué hago para descubrirlo?
Lo estoy investigando ahora mismo. Se trata de hacer dos viajes: uno hacia el interior de ti mismo y otro hacia el exterior para proyectar tu talento. Y no son trayectos siempre consecutivos: pueden ser simultáneos.
Deme más pistas.
Conózcase. Y si usted quiere conocer a alguien: ¿qué hace? Pasar tiempo a solas con él: pase más tiempo conociéndose.
¿Y cuando me conozca?
Llegará un momento en que disfrutará de su propia compañía. Entonces encontrará y podrá sacar partido a su propia tribu creativa.
¿Quién es mi tribu creativa?
Las personas con quienes puedes ser tú mismo: generaciones literarias; equipos de investigadores; bandas rockeras o colegas con quienes inventas cosas: son quienes se aceptan y reconocen mutuamente el talento y lo hacen crecer juntos.
¿Puede ser sólo un amigo?
Fue mi caso: un profesor vio talento en un chaval poliomelítico de barrio y apostó por él. Tu mentor y tu tribu son quienes saben ver en tus fallos la semilla de tus éxitos.
¿Cómo me ejercito?
La creatividad es inteligencia aplicada a una tarea concreta y compartida con complicidad: genio solitario es un oxímoron.
¿Y el esfuerzo, el sudor, las lágrimas…?
Esfuerzo, claro, el mismo que hace un niño para ganar una carrera en el cole: sufre, pero también se divierte. La diversión incluye el sudor, pero nadie arriesga, innova ni experimenta si no disfruta haciéndolo.
Pues deme algunos truquillos…
Invente nuevos juegos con los juguetes de siempre; juegue a médicos con plumas de indio; replantee lo obvio hasta que deje de serlo… No acepte nada de antemano ni dé nada por sentado. Y compártalo todo.
¿Y si me roban las ideas los colegas?
Regale sus ideas y verá cómo por ensalmo aparecen otras mejores aprovechando el espacio que dejaron las que regaló.
¿Y si se ríen de mis ideas?
¡Ríase con ellos! Crear no es algo que te pasa, sino lo que haces cuando te pasa algo.
¿Cómo sé que he llegado?
Porque ser creativo no quita energía: la da. Las horas parecen minutos; las ideas fluyen y tú con ellas. Estás fuera del mundo y al mismo tiempo dentro de él.
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Salgo tan inspirado de la entrevista a Ken Robinson que no me resigno a reducirla a esta Contra. Así que, si ustedes me lo piden, explicaremos de su mano en breve cómo encontrar nuestro elemento creativo. Porque a ser innovador se aprende igual que a sumar: a cualquier edad y en cualquier circunstancia, con la única condición de tener ganas. Robinson precisa cómo lograrlo en el informe que está transformando la educación británica. Y me anima a desaprender lo mal aprendido en el cole y a arriesgarme con ustedes a renovarnos hasta encontrar nuestra propiazona,nuestro mentor y tribu creativa, para alcanzar la misma e intensa conexión con la vida que gozaron Einstein o Mozart.
«La creatividad se aprende igual que se aprende a leer»
Buscando la ´zona´

Tengo 60 años: irrelevantes cuando eres capaz de crear como un niño, y todos somos capaces si queremos. Nací en un barrio humilde de Liverpool, como los Beatles, creativos sin escuela. No soy buen gregario, así que no tengo partido, pero sí política. Colaboro con el Foro HSM

Un día visitando un cole vi a una niña de seis años concentradísima dibujando. Le pregunté: «¿Qué dibujas?». Y me contestó: «La cara de Dios».
¡. ..!
«Nadie sabe cómo es», observé. «Mejor – dijo ella sin dejar de dibujar-,ahora lo sabrán».
Todo niño es un artista.
Porque todo niño cree ciegamente en su propio talento. La razón es que no tienen ningún miedo a equivocarse… Hasta que el sistema les va enseñando poco a poco que el error existe y que deben avergonzarse de él.
Los niños también se equivocan.
Si compara el dibujo de esa niña con la Capilla Sixtina, desde luego que sí, pero si la deja dibujar a Dios a su manera, esa niña seguirá intentándolo. El único error en un colegio es penalizar el riesgo creativo.

Los exámenes hacen exactamente eso.

No estoy en contra de los exámenes, pero sí de convertirlos en el centro del sistema educativo y a las notas en su única finalidad. La niña que dibujaba nos dio una lección: si no estás preparado para equivocarte, nunca acertarás, sólo copiarás. No serás original.

¿Se puede medir la inteligencia?
La pregunta no es cuánta inteligencia, sino qué clase de inteligencia tienes. La educación debería ayudarnos a todos a encontrar la nuestra y no limitarse a encauzarnos hacia el mismo tipo de talento.
¿Cuál es ese tipo de talento?
Nuestro sistema educativo fue concebido para satisfacer las necesidades de la industrialización: talento sólo para ser mano de obra disciplinada con preparación técnica jerarquizada en distintos grados y funcionarios para servir al Estado moderno.
La mano de obra aún es necesaria.
¡Pero la industrialización ya no existe! Estamos en otro modo de producción con otros requerimientos, otras jerarquías. Ya no necesitamos millones de obreros y técnicos con idénticas aptitudes, pero nuestro sistema los sigue formando. Así aumenta el paro.
Pero se nos repite: ¡innovación!
La piden los mismos que la penalizan en sus organizaciones, universidades y colegios. Hemos estigmatizado el riesgo y el error y, en cambio, incentivamos la pasividad, el conformismo y la repetición
No hay nada más pasivo que una clase.
¿Es usted profesor, verdad? Las clases son pasivas porque los incentivos para estar calladito y tomar apuntes que repetirá son mayores que los de arriesgarse a participar y tal vez meter la pata. Así que, tras 20 años de educación en cinco niveles que consisten en formarnos para unas fábricas y oficinas que ya no existen, nadie es innovador.
¿Cuáles son las consecuencias?
Que la mayoría de los ciudadanos malgastan su vida haciendo cosas que no les interesan realmente, pero que creen que deben hacer para ser productivos y aceptados. Sólo una pequeña minoría es feliz con su trabajo, y suelen ser quienes desafiaron la imposición de mediocridad del sistema.
Tipos con suerte…
Son quienes se negaron a asumir el gran error anticreativo: creer que sólo unos pocos superdotados tienen talento.
«Sé humilde: acepta que no te tocó».
¡Falso! ¡Todos somos superdotados en algo! Se trata de descubrir en qué. Esa debería ser la principal función de la educación. Hoy, en cambio, está enfocada a clonar estudiantes. Y debería hacer lo contrario: descubrir qué es único en cada uno de ellos.

¿La creatividad no viene en los genes?

Es puro método. Se aprende a ser creativo como se aprende a leer. Se puede aprender creatividad incluso después de que el sistema nos la haya hecho desaprender.

Por ejemplo…
Soy de Liverpool y conozco el instituto donde recibieron clases de música mi amigo sir Paul McCartney y George Harrison… ¡Dios mío! ¡Ese profesor de música tenía en su clase al 50 por ciento de los Beatles!
Y…
Nada. Absolutamente nada. McCartney me ha explicado que el tipo les ponía un disco de música clásica y se iba a fumar al pasillo.
A pesar del colegio, fueron genios.
A Elvis Presley no lo admitieron en el club de canto de su cole porque «desafinaba». A mí, en cambio, un poliomielítico, me admitieron en el consejo del Royal Ballet…
Ahí, sir, acertaron de pleno.
Allí conocí a alguien que había sido un fracaso escolar de ocho años. Incapaz de estar sentada oyendo una explicación.
¿Una niña hiperactiva?
Aún no se había inventado eso, pero ya se habían inventado los psicólogos, así que la llevaron a uno. Y era bueno: habló con ella a solas cinco minutos; le dejó la radio puesta y fue a buscar a la madre a la sala de espera; juntos espiaron lo que hacía la niña sola en el despacho y… ¡estaba bailando!
Pensando con los pies.
Es lo que le dijo el psicólogo a la madre y así empezó una carrera que llevó a esa niña, Gillian Lynne, al Royal Ballet; a fundar su compañía y a crear la coreografía de Cats o El fantasma de la ópera con Lloyd Webber.
Si hubiera hecho caso a sus notas, hoy sería una frustrada.
Sería cualquier cosa, pero mediocre. La educación debe enfocarse a que encontremos nuestro elemento: la zona donde convergen nuestras capacidades y deseos con la realidad. Cuando la alcanzas, la música del universo resuena en ti, una sensación a la que todos estamos llamados.

 

Vídeos de Ken RobinsonKen Robinson, On passion (versión original)

Ken Robinson, cambiando paradigmas (Versión original subtitulada)

Ken Robindon, las escuelas matan la creatividad (versión original subtitulada)

Sexta Sesión Escuela Itinerante para Padres de Hoy

Sexta sesiónEste jueves tenemos la posibilidad de asistir a la sexta conferencia de la Escuela Itinerante para Padres de Hoy organizada por la Concejalía de Educación del Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón.

En esta ocasión, han elegido un tema muy actual, con la certeza de la importancia que tiene y la inquietud que genera en todos. Nos animan encarecidamente a que no dejemos de asistir a esta interesante conferencia que nos va a aportar directrices  y herramientas valiosas para afrontar la etapa de la adolescencia. El tema es:

“PREVENCIÓN Y TRAMIENTO DE LAS ADICCIONES EN ADOLESCENTES: ALCOHOL,TABACO, DROGAS Y NUEVAS TECNOLOGÍAS”

 

 

  • La sesión tendrá lugar el próximo miércoles 9 de abril de 2014, a las 19.30 horas. 
  • En KENSINGTON SCHOOL (AVENIDA DE BULARAS nº2).
  • Impartida por D. Javier Quintero. Jefe de Servicio de Psiquiatría del Hospital Infanta Leonor de Madrid. Director de Psikids.

Las Maestras de la República

Os recordamos que esta tarde todos los padres estamos invitados a la proyección del documental Las maestras de la República, dirigido por Pilar Pérez Solano y galardonado con el Goya al Mejor Documental 2013.

cartel_documental_maestrasOKLas maestras republicanas fueron unas mujeres que participaron en la conquista de los derechos de las mujeres y en la modernización de la educación, basada en los principios de la escuela pública y democrática. Este documental, a través de la recreación de la vida de una maestra de la época, e imágenes de archivo inéditas, nos descubre el legado que nos han dejado las maestras republicanas y que ha llegado hasta nuestros días.

Si queréis ver más información del documental, pinchad el siguiente enlace, «Las maestras de la república»

No os olvidéis Jueves 27 de Marzo a las 16:30 en el IES Gerardo Diego (Sala Arte II)

Manifestación 27 Marzo en defensa de la Escuela Pública

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Feliz Día del Padre

Buenos días a todos los padres de la Asociación…

Día del padre

¿Qué tipo de padres y madres somos?

Aquí os dejo otra aportación de Esther. En esta ocasión, el autor, Carlos Arroyo, en colaboración con un Doctor en Sociología, Carlos Guerra, intentan explicar que la falta de acuerdo sobre la finalidad del sistema educativo es la que en buena medida explica las elevadas tasas de fracaso escolar que tenemos y los malos resultados académicos de nuestros hijos (el 40% de los jóvenes españoles de 15 años ha repetido algún curso a lo largo de su trayectoria).

 

Pincha aquí para ir al artículo: ¿Qué tipo de padres y madres somos?

 

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10 errores comunes que cometemos los padres

Gracias a Esther que nos envía todo lo que a ella le parece interesante, os transcrito una entrada que habla sobre los 10 errores más comunes que cometemos los padres y que ha escrito Kari Zubiszyn. Desde luego, este artículo da que pensar:

Cuando iba a ser mamá por primera vez, me dieron un montón de consejos. Pero, hasta hace unos pocos años, no hubo nadie que me comentara que querer a un niño significa querer lo mejor para él a largo plazo.

Cuando mis cuatro hijas eran pequeñas, el largo plazo no entraba en mis planes. Lo único que importaba era sobrevivir, cubrir las necesidades diarias y evitar que nos llegara el agua al cuello.

Sin embargo, ahora que mis hijas están madurando, parece que la niebla va despejándose. Ya no soy una advenediza, sino una adoctrinada más del club. Lo bueno que tiene esta fase es que mis hijas ahora quieren pasar más tiempo conmigo. Tenemos conversaciones reales que revelan una personalidad poderosa. Lo de que duerman toda la noche del tirón también ayuda. Puedo pensar las cosas con coherencia y tomar mejores decisiones sobre su educación.

Ahora, tengo más en cuenta la idea de a largo plazo. Pienso en el tipo de personas adultas en las que espero que mis hijas se conviertan, y para eso, siempre me pregunto: «¿Qué puedo hacer hoy para fomentarlo?». Ser consciente de su futuro ha cambiado mi paradigma como madre, porque lo que hacía felices a mis hijas cuando tenían 10 o 15 años no es exactamente lo mismo que las hará felices con 25, 30 o 40 años.

Hace tiempo, me topé con algunos artículos y libros interesantes que examinaban lo que los psicólogos observan en la actualidad: cada vez más veinteañeros están deprimidos y no saben por qué. Estos jóvenes adultos afirman que su infancia fue espectacular. Sus padres son sus mejores amigos. Nunca han experimentado una tragedia en sus vidas ni nada que se salga de cualquier decepción habitual. Pero, por alguna razón, son infelices.

Una de las razones que se dan es que los padres de hoy en día se precipitan enseguida. No queremos que nuestros hijos se caigan, por lo que, en vez de dejarles que experimenten la adversidad, les allanamos el camino. Apartamos cualquier obstáculo con tal de hacerles la vida más fácil. En cambio, la adversidad forma parte de la vida, y nuestros hijos tendrán que enfrentarse a ella si queremos que desarrollen habilidades que serán necesarias para que continúen su camino. Así que, aunque parece que les estemos haciendo un favor, en realidad les estamos obstaculizando el camino, su crecimiento. Estamos anteponiendo las recompensas a corto plazo sobre el bienestar a largo plazo.

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«Tus hijos no tendrán éxito gracias a lo que hayas hecho por ellos, sino gracias a lo que les hayas enseñado a hacer por sí mismos». Ann Landers

En un artículo se menciona que muchos decanos utilizan el apodo de «tazas de café» (por su fragilidad ante cualquier contratiempo) para referirse a los chicos recién llegados a la universidad. La pregunta es la siguiente: «¿Acaso estamos impidiendo que nuestros hijos sean felices de mayores por el hecho de protegerles de la infelicidad cuando son pequeños?».

Esta es la respuesta del psiquiatra Paul Bohn:

Muchos padres hacen lo que sea con tal de evitar que sus hijos sufran cualquier tipo de incomodidad, ansiedad o decepción; cualquier cosa poco agradable. Y, como consecuencia, cuando se hacen adultos y experimentan las frustraciones normales de la vida, piensan que el mundo se les viene encima, que hay algo que va mal, muy mal.

Estoy compartiendo esta información con vosotros porque creo que tiene mucha relevancia en esta época de sobreprotección parental. Aunque me parece muy bien que los padres de hoy en día se impliquen más en la vida de sus hijos, esta implicación no debería extralimitarse. Lo que a veces se define como señal de ser buen padre puede resultar nocivo para nuestros hijos cuando pase un tiempo. Es necesario que seamos conscientes de ello; si no, estaríamos complicando sus vidas aunque nuestro fin sea justo lo contrario.

Mi filosofía favorita sobre la paternidad dice así: «Prepara a tu hijo para el camino, no el camino para tu hijo».

Dicho esto, he elaborado una lista con los diez errores más comunes que cometen los padres en la actualidad (incluyéndome a mí). No tengo la intención de señalar con el dedo a nadie, sino de que la gente tome conciencia. Lo que se inculca en nuestra cultura no siempre es lo mejor para nuestros hijos.

Error nº 10: Adorar a nuestros hijos. Muchos de nosotros vivimos en comunidades que se desviven por los hijos. Los estamos criando en hogares completamente centrados en ellos. A nuestros hijos les encanta, claro está, porque nuestras vidas giran en torno a ellos. A la mayoría de nosotros tampoco nos importa, porque su felicidad es la nuestra. Nos entusiasma hacer cualquier cosa por ellos, comprarles cosas, cubrirles de amor y de atenciones.

No obstante, creo que es importante tener en cuenta que nuestros hijos han sido creados para ser amados, no idolatrados. Por tanto, cuando les tratamos como si fueran el centro del universo, creamos un falso ídolo. En vez de un hogar centrado en los niños, deberíamos intentar centrarnos más en el amor. Así, nuestros hijos se sentirán queridos, pero entenderán que en el amor, el altruismo va por encima del egoísmo.

Error nº 9: Creer que nuestros hijos son perfectos. Una cosa que suelo oír de los profesionales que trabajan con niños (orientadores o maestros) es que los padres de hoy en día no quieren oír nada negativo sobre sus hijos. Cuando se menciona la palabra preocupación, o problema, la reacción suele ser atacar al mensajero.

La verdad a veces duele, pero cuando escuchamos con la mente y el corazón abiertos, nos mostramos dispuestos a mejorar. Así, podremos intervenir antes de que la situación se nos vaya de las manos. Es más fácil tratar a un niño problemático que reparar a un adulto destrozado.

Una psiquiatra del centro médico Children’s of Alabama me contó hace poco que en la depresión adolescente, resulta clave intervenir con rapidez, puesto que se puede actuar sobre la trayectoria de la vida de un niño. También me dijo que este es el motivo por el que disfruta de la terapia de niños y adolescentes, pues los niños son resilientes, y es mucho más fácil intervenir de forma efectiva cuando aún son jóvenes, ya que cuando el problema continúa durante muchos años se incorpora como parte de la identidad de la persona.

Error nº 8: Vivir a través de nuestros hijos. Los padres nos sentimos muy orgullosos de nuestros hijos. Cuando consiguen algo, nos hace más felices que si lo hubiéramos conseguido nosotros mismos.

Lo cierto es que si nos implicamos demasiado en sus vidas, nos resultará más complicado ver dónde acaban ellos y dónde empezamos nosotros. Cuando nuestros hijos se convierten en una extensión de nosotros, puede que los veamos como nuestra segunda oportunidad. Pero, no se trata de ellos, sino de nosotros. Llega un momento en el que su felicidad empieza a confundirse con la nuestra.

Error nº 7: Tratar de ser el mejor amigo de nuestro hijo. Cuando le pregunté a un sacerdote cuál era el mayor error que cometen los padres, estuvo pensándolo un momento y luego contestó: «El problema ocurre cuando los padres dejan de ser padres y no son capaces de asumir sus responsabilidades, aunque a veces cueste».

Como todo el mundo, quiero que mis hijos me quieran. Quiero que reconozcan mis méritos y me tengan cariño. Pero si quiero hacer bien mi trabajo, tengo que aceptar que se enfaden y que a veces no les gusten mis decisiones. Pondrán los ojos en blanco, se quejarán y desearán haber nacido en otra familia.

Pero, tratar de ser el mejor amigo de tu hijo solo puede llevar a una permisividad excesiva, y a que tomes decisiones desesperadas por temor a no contar con su aprobación. Esto no es amor, sino necesidad.

Error nº 6: Entrar en una competición por ser el mejor padre. Todos los padres llevan algo de competitividad en las venas. Lo único que necesitan para despertar al monstruo es que otro padre ponga a su hijo por encima del tuyo.

He oído muchas historias de este tipo que tienen lugar en patios de colegio; historias de amistades rotas y traiciones en las que se entrometieron familias completas y la cosa acabó mal. En mi opinión, el origen se encuentra en el miedo. Tememos que nuestros hijos se queden aparte. Tenemos miedo de que, si no nos ponemos serios e intervenimos para pararle los pies a cualquiera, se sumirán en la mediocridad para el resto de su vida.

Creo que los niños tienen que esforzarse y entender que los sueños no se cumplen así como así, que para ello tienen que trabajar y luchar. No obstante, si fomentamos una actitud de ganar cueste lo que cueste y les permitimos que empujen a otros niños para conseguir ser los primeros, la cosa se nos está yendo de las manos.

Es verdad que en la adolescencia el carácter no nos parece tan importante; en cambio, cuando somos adultos, el carácter lo es todo.

Error nº 5: Olvidarnos de lo maravilloso que es ser niño. El otro día descubrí una pegatina de Tarta de Fresa en el fregadero, lo que me hizo recordar la alegría de vivir con niños.

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Llegará un día en que deje de haber pegatinas en el fregadero. Ya no habrá Barbies en la bañera, ni muñecas en mi cama, ni Mary Poppins en el DVD. Las ventanas estarán limpias, sin huellas, y la casa estará tranquila porque mis hijas saldrán con sus amigos en vez de quedarse en el nido.

Criar a niños pequeños puede ser un trabajo duro y monótono. A veces, es tan agotador física y emocionalmente que nos encantaría que se hicieran mayores cuanto antes. Por otra parte, también tenemos curiosidad por saber cómo será su crecimiento. ¿Cuáles serán sus pasiones? Como padres, esperamos poder descubrir sus dones, para saber aprovechar sus puntos fuertes y animarles a que sigan por la buena dirección.

Pero, cuando proyectamos su futuro, y nos preguntamos si ese gusto por el arte le convertirá en Picasso, o si su voz melodiosa hará de ella una Taylor Swift, podemos llegar a olvidarnos de disfrutar de lo realmente bueno: los cuentos de antes de dormir, los pijamas de una sola pieza, las cosquillas en la tripa y los gritos de alegría. A veces, nos olvidamos de dejar que nuestros hijos se comporten como niños y disfruten de su infancia.

La presión sobre los niños comienza demasiado pronto. Si queremos echar una mano a nuestros hijos, tenemos que protegerles de estas presiones. Hay que dejar que disfruten y crezcan a su propio ritmo, así que, en primer lugar, deben explorar sus intereses sin miedo al fracaso y, en segundo lugar, no tienen que sentirse agobiados.

La infancia es un momento de juegos y de descubrimientos. Cuando metemos prisa a los niños, les estamos robando una etapa inocente por la que nunca volverán a pasar.

Error nº 4: Criar al hijo que queremos, y no al que tenemos. Como padres, nos creamos una imagen propia de nuestros hijos. Esta imagen comienza a confeccionarse en el momento del embarazo, antes incluso de saber el sexo del bebé. En secreto, deseamos que el niño se parezca a nosotros, pero un poco más inteligente y con más talento. Queremos ser su ejemplo, y modelar su vida siguiendo el patrón de la nuestra.

Sin embargo, los niños suelen seguir su propio modelo y, además, desconfiguran los nuestros. Al final, son como nunca los imaginamos. Nuestro trabajo consiste en descubrir sus dones innatos, y en tratar de guiarlos por el buen camino. Ante todo, inculcarles nuestros propios sueños no va a funcionar. Solo si entendemos quiénes y cómo son, podremos tener un impacto en sus vidas.

Error nº 3: Olvidar que los hechos pesan más que las palabras. A veces, cuando mis hijas me preguntan algo, me dicen: «Por favor, responde en una frase». Me conocen bien, y saben que aprovecho cualquier lección de la vida diaria y la convierto en un momento de aprendizaje. Quiero que tengan sabiduría, pero de lo que a veces me olvido es de que mis ejemplos ensombrecen mis palabras.

Cómo respondo al rechazo y a la adversidad… Cómo trato a mis amigos y a los desconocidos… Si me peleo con su padre o si nos apoyamos mutuamente… Ellas se dan cuenta de todas estas cosas. Y mi actitud les da permiso para comportarse de la misma manera.

Si quiero que mis hijas sean maravillosas, yo también tengo que aspirar a lo mismo. Tengo que ser la persona que espero que sean ellas.

Error nº 2: Juzgar a otros padres… y a sus hijos. Independientemente de lo mucho que difieras en la forma de educar que tienen otros padres, no es tu misión juzgarlos. Nadie es completamente bueno ni completamente malo; todos somos un poco de todo, todos luchamos contra nuestros propios demonios.

Personalmente, tiendo a ser más benevolente con otros padres cuando yo lo estoy pasando mal. En los momentos en que los niños me lo ponen difícil, entiendo el comportamiento de muchos padres.

Nunca sabemos por lo que alguien está pasando, ni cuándo nos veremos en una situación parecida. Aunque, en ocasiones, no podamos evitar tener nuestros prejuicios, deberíamos controlarlos y tratar de entender a la otra persona en lugar de llegar a conclusiones precipitadas.

Error nº 1: Subestimar el CARÁCTER. Si hay una cosa que espero hacer bien con mis hijos es conseguir que tengan un buen CORAZÓN. El carácter, la fibra moral y una brújula interna son los cimientos que forman la base para un futuro feliz y saludable. Esto es más importante que cualquier boletín de notas o que cualquier trofeo que ganen.

Nadie puede exigir un carácter concreto a sus hijos, y más teniendo en cuenta que el carácter no significa mucho a la edad de 10 o de 15 años. Los niños a esa edad se preocupan por las recompensas a corto plazo, pero nosotros, como padres, conocemos mejor la historia. Sabemos que lo importante con 25, 30 o 40 años no es lo largo que lanzaste una vez un balón o si fuiste animadora, sino cómo tratas a los demás y qué piensas de ti mismo. Si queremos fomentar el carácter, la confianza, la fuerza y la resiliencia, tenemos que dejar que los niños se enfrenten a las adversidades y que experimenten el orgullo que se siente al salir reforzado de una situación difícil.

Es complicado ver a nuestros hijos caer, pero a veces es necesario. En ocasiones, hay que preguntarse si intervenir se encuentra entre las mejores opciones. Hay un millón de formas de amar a nuestros hijos, pero, a la hora de buscar su felicidad, conviene ser conscientes de que a veces la pena a corto plazo será recompensada con creces por los beneficios en el futuro.

La versión original de este post apareció en karikampakis.com

5ª Sesión Escuela Itinerante para Padres de Hoy

La Concejalía de Educación del Ayuntamiento de Pozuelo invita a todos los padres del municipio a participar en la 5ª sesión del proyecto que comenzaron a comienzos de curso de una Escuela Itinerante donde se tratan temas de interés para la educación de nuestros hijos. En esta ocasión, hablarán de la IMPORTANCIA DE LAS RELACIONES SOCIALES EN NIÑOS Y ADOLESCENTES, CÓMO FOMENTARLAS.

La sesión tendrá lugar el próximo jueves 13 de marzo a las 19:30 en el CEIP LOS ÁNGELES (C/ Diego de Velázquez, 5; junto al Hospital Quirón)

La charla será impartida por Doña Isabel Miernau López, Responsable del Departamento de Psicología Clínica y Educativa de Psikids.

Quinta sesión

10 años: 2004-2014

11M